domingo, 28 de agosto de 2016

Marcos Peña enfrentó reclamos en la cumbre del PRO por la falta de política

EL TUCUMANO PABLO WALTER REPROCHÓ FALLAS DE COMUNICACIÓN Y QUE CIENTOS DE DIRIGENTES KIRCHNERISTAS CONTINÚEN EN PUESTOS CLAVES.

El PRO concretó su encuentro nacional en San Juan con un condimento inesperado: una verdadera discusión política. Luego que Marcos Peña cerrara las exposiciones de importantes figuras del macrifascismo y el régimen como Gabriela Michetti, el dirigente tucumano y director de AySA, Pablo Walter, pidió la palabra.

Walter, que en la campaña formó parte del equipo político territorial que lideraban Emilio Monzó y Humberto Schiavoni, planteó una queja que se extiende por la bjao en el macrifascismo: “el Gobierno necesita más política. No puede ser que a ocho meses de haber asumido el poder, todavía tengamos en cientos de lugares sensibles en términos políticos, a los mismos dirigentes del kirchnerismo que nos van a jugar en contra en la elección el año que viene”.

Peña absorbió la crítica y le contestó a Walter que había que entender que el régimen fascista de Macri venía a cambiar en serio los comportamientos. “Nosotros tenemos nuestra identidad, no somos iguales”, le reprochó.

"No somos iguales y estamos de acuerdo en que no vinimos para hacer kirchnerismo a la inversa, pero tampoco seamos ingenuos, al dejar que los kirchneristas sigan administrando los programas nacionales en las provincias, estamos permitiendo que queallos que durante años malversaron y fomentaron el clientelismo, ahora usen esos resortes del Estado en contra nuestro”, le retrucó el tucumano.

La crítica apunta sobre todo a lo que ocurre en las provincias que no gobierna la alianza de derecha Cambiemos. En los distritos en manos del peronismo, la Casa Rosada siguiendo su política de apaciguamiento de la oposición, dejó que las dependencias de la ANSeS, el Pami y sobre todo los programas sociales y de trabajo que financia Nación, sigan en manos de dirigentes que vienen del kirchnerismo.

Apenas un ejemplo, este viernes el gobernador tucumano Juan Manzur, encabezó un acto de relanzamiento del programa nacional “Ellas hacen”, rodeado de dirigentes y funcionarios del peronismo, sin la presencia de ningún referente importante de Cambiemos. Ese programa lo financia la Nación.

“No seamos boludos, no estamos hablando de cargos sino de si tenemos la decisión política de empoderar a nuestros dirigentes , a aquellos que en las provincias enfrentaron al kirchnerismo y ahora ven que a pesar que ganamos la elección, siguen manejando los programas”, agregó Walter.

El reclamo, que incluyó una crítica a la política de comunicación, recibió gestos de aprobación de Michetti y de varios de de los presentes. No es una novedad. Hace quince días el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, hizo una crítica similar, aunque con argumentos incluso más fuertes, en una de las mesas chicas que integra Macri.

Mucho más prudentes en exteriorizar ese tipo de críticas, también comparten el trazo grueso de la crítica, Rogelio Frigerio y el propio Schiavoni.

La cuestión se resume en una idea: la compra de “paz social” por parte del peronismo a cambio de entregarle recursos y cargos casi sin exigir contraprestación política, pone al régimen frente al riesgo de darle herramientas para que el año que viene lo derroten en las elecciones de medio término.

En la Jefatura de Gabinete no comparten esa mirada alarmista que atribuyen más a reflejos de la “vieja política” que cree que se crece y ganan elecciones acumulando cargos y aparato. Es sabido que Macri apuesta a una normalización de la macroeconomía y la obra pública y en el equipo de Marcos Peña en el trabajo que realizan en las redes sociales para apalancar esos “éxitos” del régimen y a sus candidatos, si finalmente esto ocurre.

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